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No adopción de la posibilidad por parte de
la administración de vigilar las importaciones de semiproductos metálicos, para asegurar su vigilancia radiológica previa
La transposición de los epígrafes de la Directiva sobre fuentes huérfanas dan cabida al cumplimiento a través del Protocolo de colaboración, que ofrece un plus sobre el mero cumplimiento legal, y el sector siderúrgico lo agradece, y estamos seguros de que la Administración también lo hará. Se ha anticipado que el Protocolo podría verse inundado de nuevos firmantes con poco o nulo interés por la gestión profesional del problema, cosa que habrá que valorar dete- nidamente si llega a producirse.
Por otra parte, la Directiva 2013/59 Euratom de Protec- ción Radiológica se hizo eco de la aproximación española que, anteriormente, se desarrolló para el posible Código de conducta de la OIEA, dejando a la potestad de los Estados miembros el control sobre las importaciones de productos y semiproductos metálicos, de forma que se garantice que no incluyen contaminación radiológica.
Sin embargo, en el proyecto de Real Decreto según la versión sometida a consulta pública a principios de 2018, se pierde la oportunidad de que sea la Administración quien vigile la existencia de un control radiológico pormenorizado para la importación de terceros países, cosa que la Directiva considera como una posibilidad. Parece ser que lo dejará como algo que debe solicitar por el importador final, y además sin definir claramente cuáles son los productos y semiproductos implicados, tal y como propuso Unesid. Con lo cual, en caso de ausencia del mismo, o de que el certifica- do se hubiera llevado a cabo solo como un mero trámite (o incluso sin una revisión real) nunca transcendería hasta que realmente se vuelvan a repetir incidentes afectando a artícu- los transformados, contaminados con elementos radiactivos; y el daño ya estaría hecho.
A esto hay que añadir que la presencia de este tipo de productos contaminados implica que personas de otros paí- ses han podido estar expuestas significativamente debido al procesamiento de una fuente radiactiva y la posterior mani- pulación de los artículos realizados con ella.
Además, por qué no decirlo, un procedimiento más riguro- so pondría en valor el esfuerzo que lleva haciendo durante 20 años el acero español que, gracias a los trabajos y com- promisos adoptados con el Protocolo, es capaz de emitir un certificado de indudable calidad sobre el 100% de nuestras coladas de acero, si fuera necesario.
Existencia de “aldeas galas” (en términos de asterix y obelix) ajenas al protocolo
Existen una serie de plantas de almacenaje y procesamiento de chatarra, que operan sistemas de vigilancia radiológica
y lo hacen correctamente, dado que efectivamente en ellas aparece y se segrega material, y que de un modo inexplica- ble históricamente han rechazado inscribirse en el Protocolo. Pese a las muchas gestiones por parte de los integrantes durante años de estas plantas siguen sin adscribirse. Aparen- temente no se identifican razones para ello, especialmente cuando dentro del Protocolo tendrían costes en caso de las detecciones inferiores. Somos conscientes que desde los di- versos estamentos del Protocolo lo hemos intentado aunque sin éxito. Es posible que por aplicación del futuro Real Decre- to sobre fuentes huérfanas, estas plantas decidan entrar de un modo natural.
CoNCluSioNES. aumENto dE laS líNEaS dE vigilaNCia dE uN modo CoordiNado dENtro y fuEra dE NuEStraS vErjaS
y dE NuEStra froNtEra
Volviendo al planteamiento inicial, a continuación se presen- tan las conclusiones obtenidas de la experiencia acumulada durante estos años.
El Protocolo se ha constituido como una solución eficiente a una problemática muy compleja. La mejor manera de reducir el riesgo de incidentes es operar sistemas de verifi- caciones múltiples en los diferentes estamentos de la cadena de reciclado. Sin embargo, no basta solo con tener verifica- ciones múltiples, estas deben actuar de un modo coordinado entre ellas incluyendo las actuaciones de las Administra- ciones competentes en la materia. Aquí es donde triunfa el Protocolo.
Este aumento de la vigilancia también recomienda exten- der la filosofía del Protocolo al comercio internacional de materiales férricos a otros países. Es una cuestión no solo de interés de España si no de respeto a unas condiciones seguras de trabajadores en terceros países que sufren de la existencia de fuentes incluso desnudas en cargamentos inter- nacionales de chatarra.
No parece razonable que todavía sigan detectándose la mayoría de las fuentes a la entrada de las plantas siderúrgi- cas. El operar capas múltiples de vigilancia implica que todas deben ser operadas eficientemente al nivel que le correspon- de. Desde un recolector capilar de la chatarra que sea capaz de identificar la posible presencia de una fuente radiactiva (se han hecho dentro del Protocolo varios carteles sencillos para que así sea), a unas plantas de procesamiento de chatarra con unos pórticos operando correctamente a la entrada y a la salida del material a la misma, así como acerías que no deben bajar la guardia en ningún caso, porque la realidad sigue ahí: existen fuentes radiactivas huérfanas y, hoy mismo, están en algún lugar a la espera de que sean arrastradas por el flujo natural de reciclado del acero. Es el deber de todas las partes implicadas segregarlas antes de que puedan causar daños.
LA SIDERURGIA ESPAÑOLA. PRESIONANDO PARA INCREMENTAR LA VIGILANCIA RADIOLÓGICA 47