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   SESIONES PLENARIAS
 Riesgos de la tecnología 5G
Alejandro ÚBEDA
PONENTE
Alejandro Úbeda es investigador biomédico. Biólogo con formación posdoctoral en biofísica como in-
vestigador de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, cuenta con más de 40 años de experiencia en la investigación de los bioefectos de las Radiaciones No Ionizantes, tanto en sus aplicaciones en la protección radio- lógica como en el desarrollo de terapias basadas en ese tipo de radiaciones. Hasta su reciente jubilación, Úbeda ha sido jefe del Servicio de Bioelectromagnética y Radiaciones No Ionizantes en el Departamento de Investigación del Hospital Universitario Ramón y Cajal. Actualmente, sigue implicado, como Investigador Emérito, en varios proyectos y es respon- sable del Grupo de Trabajo en Radiaciones No Ionizantes de la Sociedad Española de Protección Radiológica.
Los riesgos de las radiaciones no ionizantes, principal- mente aquellas utilizadas en las comunicaciones inalámbricas de telefonía móvil, han sido, desde la generalización de su uso, una preocupación entre la población que no ha decaído en estas dos últimas décadas, más bien al contrario, debido al auge vivido por la telefonía móvil y su presencia en nuestra vida diaria.
Nadie puede hoy pretender un mundo que prescinda de esta herramienta de comunicación que nos permite mante- nernos permanentemente conectados y que nos ofrece un sinfín de posibilidades profesionales y de ocio, nos facilita la vida doméstica o nos abre a formas de comunicación que hace apenas treinta años solo tenían cabida en la narrativa de ciencia ficción. Hacer compatible ese progreso innegable con unas condiciones de uso seguras para los humanos y el medio ambiente es la tarea de los científicos, de la industria y también, por supuesto, de los políticos responsables de gobernarnos.
La nueva generación de telefonía móvil, conocida como 5G, ha vuelto a poner sobre el tablero, con más fuerza si ca- be que sus predecesoras, la necesidad de un debate público, objetivo y transparente sobre los riesgos y los beneficios de la implantación universal de estas tecnologías, y esta sesión plenaria tiene como principal objetivo traer este debate a este foro de profesionales de las radiaciones, porque tal y como nuestro ponente, el Dr. Úbeda, comenta, aunque solo el 1% de la actividad de nuestras sociedades guarda relación con radiaciones no ionizantes, las dudas que sobre las mismas tiene la población suponen más del 30% de las consultas realizadas a través de sus canales de consulta. Esta aparente paradoja se entiende si tenemos en cuenta, por un lado, que las radiaciones ionizantes tienen tras de sí un
muy largo historial en cuanto a la descripción microscópica y macroscópica de sus mecanismos de acción y sus efectos y el control de los riesgos que de estos se derivan, y por otro, que la población percibe que la exposición a la radiación ionizante está mucho más limitada a determinados ámbitos y circunstancias, en tanto la exposición a la radiación no ionizante es hoy prácticamente generalizada y difícilmente evitable.
Las ventajas de la tecnología 5G están relacionadas con su mayor capacidad y velocidad de transmisión, con tiempos de latencia que oscilan entre los 30 ms hasta un mínimo ideal de 1 ms, lo que significa una décima parte que el 4G. Para la mayoría de usuarios esta mayor capacidad apenas implicará, de momento, cambios apreciables en su uso de la telefonía, aunque cabe esperar que pronto se desarrollen modos de ocio y aplicaciones que exploten de forma óptima esas nue- vas posibilidades, como por ejemplo la emisión de vídeo en tres dimensiones. Pero desde hoy mismo la tecnología tendrá un impacto en usos industriales, financieros o médicos en los que el control remoto o la inmediatez en la ejecución de ac- ciones puede ser crítico.
Para lograr esa capacidad, la tecnología 5G hace uso de radiación de alta frecuencia, 30-300 GHz (longitudes de onda entre 10 y 1 mm). Estas frecuencias son poco penetrantes por lo que se requiere una densa infraestructura de antenas de proximidad. Si este cambio de arquitectura aumentará la exposición es difícil de predecir. Aunque la exposición en determinadas condiciones podría reducirse, lo cierto en otras podría aumentar y es difícil saber qué condiciones prevalece- rán en un escenario real [1].
Las recomendaciones internacionales de la Comisión In- ternacional de Protección de Radiación no Ionizante (ICNIRP), en las cuales se basan las normativas internacionales, solo consideran a día de hoy los efectos térmicos. Pero este paradigma no tiene en cuenta la complejidad del funciona- miento celular e ignora que la evidencia experimental sobre la presencia de efectos no térmicos no ha dejado de crecer en los últimos años, estudios que muestran respuestas no lineales que son función no solo de la frecuencia de la señal, sino también de su forma y modulación. El potencial tera- péutico de estos efectos no térmicos de las radiaciones no ionizantes son hoy un campo de interés e investigación [2]. El grupo del ponente tiene varios artículos publicados sobre estos usos terapéuticos, algunos de los cuales son hoy parte de la práctica médica. Pero, paradójicamente, se niega la implicación de estos efectos en los potenciales riesgos de estas radiaciones, a pesar de que aquellos mismos mecanis- mos a nivel de membrana celular que pueden inducir efec- tos benéficos pueden provocar, en otras circunstancias o sobre otros tejidos, efectos adversos como la potenciación de la proliferación en tejidos neoplásicos u otros efectos sistémicos [3].
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RADIOPROTECCIÓN • No 101 • Septiembre 2021




















































































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