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Las restricciones de dosis se establecen en medicina, al definir la política de protección para los visitantes de los pacientes y las familias cuando, por ejemplo, los pacientes de medicina nuclear son dados de alta del hospital. La ICRP ha sugerido un valor de restricción de 5 mSv por episodio para un adulto \[2, 3\]. Las recomendaciones de la ICRP sobre protección radio- lógica en la investigación biomédica \[4\] incluyen valores específicos para las restricciones de dosis cuando un pro- yecto de investigación tiene una relevancia diagnóstica o terapéutica directa, para el paciente individual. La comunidad médica y los pacientes deben entender ade- cuadamente cómo se aplica el criterio de justificación para las imágenes médicas con RI. Algunos pacientes creen que este criterio no siempre se utiliza correctamente. En ciertos casos, aplicar el criterio de justificación puede conside- rarse como una excusa para reducir la lista de espera en los departamentos de imagen y la carga de trabajo de los radiólogos. Algunos especialistas médicos pueden sentirse “descontentos” cuando los radiólogos les informan que algunos procedimientos de tomografía computarizada (TC) no son necesarios para el seguimiento de ciertos pacientes, después de las intervenciones quirúrgicas. Sin embargo, algunos pacientes pueden solicitar procedi- mientos de imagen no justificados. Malone y col. \[5\] han esbo- zado algunas de las razones de los problemas con el enfoque actual de la justificación. Los pacientes pueden solicitar ellos mismos, ciertos procedimientos de imagen (autopresenta- ción) y algunos especialistas médicos pueden realizar esos estudios radiológicos directamente, sin una indicación clínica clara. Las dosis a los pacientes pueden reducirse con la elimi- nación de exámenes innecesarios o inapropiados \[5\]. La justificación en la protección radiológica de los pacien- tes es diferente de la justificación en otras aplicaciones de las RI. En medicina, el paciente recibe directamente los beneficios y sufre los riesgos asociados con un procedi- miento radiológico. En medicina, hay tres niveles de justificación: • En el primero y más general, se acepta que el uso ade- cuado de las RI es más beneficioso que perjudicial para la sociedad. • En el segundo nivel, se define y justifica un procedimien- to específico con un objetivo específico. El procedimien- to radiológico mejorará el diagnóstico o el tratamiento. • En el tercer nivel, la realización del procedimiento a un paciente individual debe justificarse considerando los objetivos específicos de la exposición y las características del paciente involucrado. Las exposiciones ocupacionales y de los pacientes deben tenerse en cuenta en la justificación de las prácticas médi- cas. Este tema se aborda en las recomendaciones de la ICRP: “El objetivo principal de las exposiciones médicas es lograr un beneficio mayor que el riesgo que pueda supo- ner para el paciente, teniendo en cuenta el detrimento de la radiación por exposición del personal radiológico y de otras personas” \[3\]. Los procedimientos médicos con un alto riesgo de exposición ocupacional (por ejemplo, los procedimientos guiados por fluoroscopia) deben evitarse en los centros sanitarios que no dispongan del equipa- miento adecuado y sin la adecuada formación en PR. Se debe tener en cuenta que, a menudo, el "detrimento de la radiación" será solo una pequeña parte del detrimento médico total. La ICRP limita el uso del término "justifica- ción" al detrimento derivado de la radiación. La dosis efectiva para los pacientes se utiliza a veces como parte de la justificación. La dosis efectiva puede ser de uti- lidad para comparar el riesgo relativo de diferentes procedi- mientos de imagen, pero su uso para evaluar los riesgos de la exposición de los pacientes tiene importantes limitaciones \[6\]. Las dosis efectivas se estiman en modelos que representan individuos promedio, pero esto a menudo se olvida en su aplicación a las exposiciones médicas. Cabe señalar que la dosis recibida por los pacientes será diferente de la evalua- da para los maniquíes de referencia. Las técnicas de cálculo más recientes permiten mejorar el cálculo de una dosis efectiva haciéndola “más específica” para los pacientes \[7\]. Otro aspecto importante a considerar para justificar las exposiciones médicas es el de los procedimientos de imáge- nes recurrentes en el mismo paciente. Los datos publicados sobre el número de pacientes con dosis efectivas acumula- das ≥ 100 mSv oscilan entre 0,6 y 3,4% en TC y alrededor del 4% en radiología intervencionista \[8, 9\]. En Europa, una encuesta reciente \[10\] ha determinado que el porcentaje de pacientes que reciben una dosis efectiva acumulada igual o superior a 100 mSv de la TC es relativamente bajo (0,5 %). La mayoría de ellos tenían patologías oncológicas. Sin embar- go, existe una variación considerable entre las instituciones, ya que estos valores oscilaron entre 0 y 2,7 % \[10\]. Se deberían considerar refinamientos en la aplicación del criterio de justificación para este grupo de pacientes. Los sistemas de gestión automática de dosis a los pacientes pueden dar alertas en relación con las dosis altas acumu- ladas y esta información debería estar disponible para los médicos involucrados \[11\]. OPTIMIZACIÓN. PRIORIDAD PARA EL RESULTADO CLÍNICO. UTILIZACIÓN DE LOS NIVELES DE REFERENCIA PARA DIAGNÓSTICO La optimización de la protección de los pacientes en medi- cina también es especial. El objetivo clínico de un proce- dimiento con RI, es lógicamente, la prioridad en medicina. La radioterapia es diferente a cualquier otra práctica médi- ca con RI. Las dosis de radiación para un paciente son LA PROTECCIÓN RADIOLÓGICA EN MEDICINA ES DIFERENTE 25 Colaboraciones 


































































































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