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beta y campos con altos gradientes de dosis, es importante situar la zona sensible del detector próxima a la posición de dosis máxima. Este requisito debe orientar la selección del tipo de dosímetro. Así, el proyecto ORAMED \\\\\\\\\\\\\\\[13\\\\\\\\\\\\\\\], ponía de manifiesto que, en medicina nuclear, en promedio, un dosímetro de muñeca subestima la dosis máxima en piel un factor 20 y el dosímetro de anillo un factor 6. En radiología intervencionista, aunque se recomendaba el dosímetro de anillo, por su comodidad de uso, se considera aceptable la dosimetría de muñeca. En 2009, la UPC llevó a cabo un proyecto de investiga- ción subvencionado por el CSN en el marco del cual se evaluaron 8 sistemas de dosimetría de extremidades utili- zados en España (6 de anillo y 2 de muñeca). A partir de los resultados y de la normativa vigente en ese momento, se elaboraron unas directrices para la puesta a punto de estos sistemas que sirvieron para la definición por parte del CSN del Protocolo de caracterización y calibración de los sistemas de dosimetría de extremidades. Desde entonces hasta ahora, siete servicios de dosimetría han incorporado la dosimetría de extremidades al alcance de su autorización (tres en el sector público y cuatro en el privado). En la intercomparación organizada en 2015 por EURADOS \\\\\\\\\\\\\\\[16\\\\\\\\\\\\\\\], participaron 72 sistemas dosimétricos para extremida- des: 54 de anillo, 12 de muñeca y 6 de “punta de dedo”, prácticamente la totalidad de tipo termoluminiscente (96 %). Se evaluaron las prestaciones de los dosímetros en campos de radiación beta, fotónica y mixta beta-gamma. Cumplie- ron los requisitos de ISO 14146 más de la mitad (56 %) de los participantes. En la comparación española, cumplieron el requisito 6 de los 8 participantes, presentando dificul- tades uno de los sistemas de anillo y uno de los sistemas de muñeca. El principal problema en los casos que no se cumplía la norma estaba relacionado con la determinación de la contribución de la radiación beta. Estos resultados ponen de manifiesto que la complejidad de la vigilancia dosimétrica de las extremidades no tiene un ori- gen metrológico, sino que depende de otros factores como la definición e implantación de los programas de vigilancia. Para dar respuesta a la necesidad de armonización y aclaraciones en este sentido, en 2015 se publicó la Norma ISO 15382 \\\\\\\\\\\\\\\[17\\\\\\\\\\\\\\\], sobre métodos de vigilancia dosimétrica del cristalino, piel y extremidades. En ella se abordan la sistemática para identificar las situaciones en las que resulta necesario la asignación de un dosímetro localizado, el diseño de programas de vigilancia, los criterios para seleccionar el tipo y ubicación de dosímetros que mejor se adecuan a cada situación y los posibles factores de corrección a aplicar a la lectura de los dosímetros (en función de diferentes parámetros, como son la utilización de blindajes, o diferencias en los procedimientos de calibración respecto a las condiciones reales de exposición, entre otros). Para definir los programas de vigilancia rutinaria se han de tener en cuenta los niveles de dosis a los que se espera que puedan estar expuestos los trabajadores. Para ello, la mejor opción es realizar mediciones in situ en la instalación o basarse en la bibliografía disponible para el mismo tipo de situación de exposición ocupacional. Aún hoy, ORAMED sigue conteniendo la base de datos de mediciones más completa en función de los diferentes procedimientos \\\\\\\\\\\\\\\[13\\\\\\\\\\\\\\\]. El resultado de esta estimación se extrapola a dosis anuales para definir el tipo y frecuencia de la vigilancia. Posterior- mente, ante modificaciones en las condiciones o en la carga de trabajo, debería llevarse a cabo una re-evaluación del escenario ocupacional. En general, en el caso de la administración y preparación de isótopos lo recomendable es utilizar un dosímetro de punta del dedo o de anillo en el dedo más expuesto, con el dosímetro orientado hacia la fuente. Por su parte, en el caso de los procedimientos intervencionistas o en las tareas de mantenimiento y desmantelamiento en las instalaciones nucleares, debería utilizarse un dosímetro de anillo o de muñeca en la extremidad más expuesta. En todos los casos se recomienda que el dosímetro se coloque por debajo de las protecciones plomadas. Tras la lectura de los dosímetros, la aplicación de factores de corrección validados permite, aunque grosera, una evaluación más ajustada a la exposición real de los trabajadores y guiar en la toma de decisiones de cara a la optimización de la protección radiológica. DOSÍMETROS DE CRISTALINO La radiosensibilidad del cristalino y la existencia de un límite de dosis equivalente en cristalino ha estado bien estableci- da en protección radiológica desde hace muchos años. Sin embargo, su control dosimétrico se ha venido llevando a cabo de manera indirecta a partir de la medida del dosíme- tro corporal. Las recomendaciones de ICRP en su publica- ción 118 \\\\\\\\\\\\\\\[18\\\\\\\\\\\\\\\] propusieron la reducción en el límite de dosis en cristalino para los trabajadores, en base a los resultados de diversos estudios epidemiológicos que mostraban la aparición de cataratas a dosis mucho más bajas de lo que se suponía hasta el momento. En 2013, las recomendaciones de ICRP se incorporaron a la normativa europea \\\\\\\\\\\\\\\[2\\\\\\\\\\\\\\\], que- dando el límite de dosis equivalente en cristalino para tra- bajadores, promediado en 5 años, establecido en 20 mSv al año, lo que representa una reducción de un factor 7,5. Este nuevo valor es igual al límite de dosis efectiva, por lo que, el dosímetro corporal solo podrá utilizarse para la estimación de la dosis en cristalino si el trabajador está expuesto a un campo de radiación uniforme. Los principales colectivos afectados por este cambio son aquellos que deben trabajar a corta distancia a la fuente de radiación, en particular, en procedimientos intervencionistas y otros procedimientos con fluoroscopia, algunos puestos de trabajo de la industria nuclear y de la producción de isótopos, y, en menor medida en medicina nuclear y algunas prácticas veterinarias \\\\\\\\\\\\\\\[19, 20\\\\\\\\\\\\\\\]. A partir de 2012, se impulsaron un número importante de estudios para completar la base epidemiológica \\\\\\\\\\\\\\\[21\\\\\\\\\\\\\\\] y radio- biológica \\\\\\\\\\\\\\\[22\\\\\\\\\\\\\\\] en las que fundamentar las nuevas recomen- daciones, para identificar los colectivos que requieren control ESTADO ACTUAL DE LA DOSIMETRÍA EXTERNA. NOVEDADES EN DOSIMETRÍA DEL CRISTALINO 19 Colaboraciones